“Quién encuentra un amigo, encuentra un tesoro” (Ec 6,14)
Estamos en el mes del amor y la amistad y es una excelente oportunidad para rendirle honor a la amistad reconociendo su importancia. Diversos estudios demuestran que las personas más felices son aquellas que sostienen relaciones estrechas con sus amigos. La amistad brinda un aporte importante a nuestro crecimiento y desarrollo emocional, mental y espiritual.
La convivencia armoniosa genera que el cerebro segregue endorfinas, conocidas como la hormona de la felicidad y que estas tengan un impacto positivo en el sistema inmunológico. Además, la convivencia ayuda a definir la autoestima, reducir estrés y producir experiencias psicológicas positivas que influyen directamente en todo el organismo.
Existen los amigos de infancia y los que llegan en el transcurso de la vida. En este sentido, el tiempo es irrelevante, lo importante es el amor, la conexión y el vínculo que mantenemos con ellos. El amor de los amigos será siempre necesario. Veamos la importancia en las diferentes etapas de la vida:
- En la niñez. Los amigos nos sirven para reafirmar lo que somos, deseamos y hacemos, por ejemplo: “a mi amiguito y a mí nos gustan los deportes”. A través de ellos aprendemos a conocernos. Los amigos ayudan en la infancia a sentirnos aceptados, a desarrollar liderazgo, a practicar normas sociales, ganar conocimiento, a trabajar en equipo. Por ello, es importante que los padres promuevan la socialización de sus hijos desde temprana edad ya que en esa etapa aprendemos a relacionarnos con el entorno.
- En la adolescencia. Los amigos son un pilar fundamental, tanto en su ocio, como en su consuelo. Generalmente los adolescentes no desean compartir intimidades con sus padres y acuden a los amigos en busca de consejo. En esta etapa el grupo de amigos se convierte en una referencia de su propia identidad, por ejemplo: “el grupito de los intelectuales”. Es importante que los padres puedan de alguna forma monitorear las amistades de sus hijos ya que en esta etapa tan sensible es donde surgen las “buenas” y “malas” influencias que marcan la vida del adolescente.
- En la vida adulta. Los amigos en la vida adulta son una fuente de apoyo en todos los sentidos: material, emocional, físico y espiritual. Los amigos te permiten superar situaciones difíciles o trágicas. Te permiten tener vivencias placenteras, aprender e intercambiar información y realizar favores. Como dicen el famoso refrán: “Es mejor tener amigos que dinero”. Por otro lado, los amigos llenan los vacíos que muchas veces dejan los hijos cuando se van de la casa, o en casos de divorcio o viudez se convierten en un pilar importante.
La amistad en cualquier etapa es necesaria y maravillosa. ¡Ahora sabés lo importante que son tus amigos! Cuidálos, cultivá las relaciones, llamá, buscá, organiza reuniones, escribí, celebra, ofrecé ayuda, agradecé el apoyo, practicá el perdón, la aceptación y el fluir cuando algo ocurra entre ustedes. Sé un buen amigo. Así como te entregues a ellos, en esa medida serás correspondido.