Todos los seres humanos desean tener ese sentido de calma, relajación y balance en sus vidas, no obstante, solo pocos viven de esta manera.
El mundo cada vez está más agitado, todo se mueve y cambia rápidamente. Este fenómeno de vida acelerada, pone en estado de vulnerabilidad al hombre ya que su esencia es la calma, esa que todos tenemos en lo profundo de nuestro interior.
La agitación mental nos separa de nuestra esencia, no nos deja ver nuestro horizonte claro y por tal razón cuando tomamos decisiones en medio de la turbulencia, tendemos a equivocarnos. En cambio, la calma te permite un mayor autocontrol y bienestar en general.
Te comparto algunas herramientas para vivir con más calma:
- Pregúntate: ¿qué me agita?, ¿qué es eso que me desestabiliza? Piensa en relaciones, lugares o actividades que no te favorecen, y por supuesto, date el permiso de alejarte de eso.
- Practica un détox mental. Procura no hablar o informarte de cosas que te perjudican. Tienes derecho a decir “no quiero hablar de eso”, “no quiero que me cuentes eso”.
- No abarques mucho. Enfócate en poco, simplifícate. Cuando tenemos muchos quehaceres vivimos agobiados por los pendientes. Piensa que cosas puedes eliminar de tu vida, delegar o postergar para el futuro. Organiza bien tu tiempo con agenda, horario y tiempos de descanso.
- Soluciona tus conflictos no resueltos. Soltar y perdonar es liberador y nos aporta calma. Somos libres cuando sabemos que no hay nada inconcluso, y que no le debemos emocionalmente nada a nadie.
- Practica el Mindfulness/Atención Plena. Esta práctica nos invita a vivir el momento presente, a hacer las actividades ordinarias con más calma y atención, por ejemplo: disfrutar de tu plato de comida. Solo come lentamente, viendo los colores de tu plato, oliendo la comida, sintiendo la textura de los alimentos.
- Observa más tu entorno en silencio. Trata de observar y escuchar más de lo que hablas. Cuando algo ocurra, intenta no responder de inmediato, respira y así estarás dando un espacio entre tus emociones y tus palabras. Observa lo que ocurre como si estuvieras afuera de la foto y pregúntate: ¿qué está pasando? esto te dará más objetividad y enfoque.
- Ve hacia adentro siempre. Tomate un tiempo personal a solas diariamente. Estas pausas serán una recarga de calma y serenidad, y a la vez, tu reservorio para el día. En este tiempo podrías hacer la práctica de tu preferencia como silencio, meditación, oración, introspección, contemplar la naturaleza, entre otras.
Recuerda
Que la calma siempre está adentro de nosotros, y que para acceder a ella debemos aquietarnos y hacer el viaje interior diariamente.