Creando hábitos positivos y duraderos

Los hábitos son aquellos comportamientos habituales y automáticos que se hacen sin mayor esfuerzo. Son prácticas integradas a la vida cotidiana tales como: bañarnos y lavarnos los dientes. Hacemos esto aun cuando estamos enfermos o de vacaciones, ya que son parte de nuestra rutina. 

Esta sencilla definición es importante entenderla para saber que, así como hacemos el lavado de dientes diario, así deberíamos llevar diariamente a cabo aquellas actividades positivas de crecimiento personal como hacer ejercicios, leer, comer saludable, etc. Cuando convertimos estas prácticas en hábitos, nuestras intenciones y propósitos pasan a ser objetivos cumplidos.

Te comparto ocho pautas para crear hábitos duraderos:

  • Empieza con poco. El cerebro rechazo lo complicado. Si te pones mucho lo sentirá difícil. Por ejemplo, si deseas crear el hábito de correr, deberás empezar al inicio con medio kilómetro, luego aumentar a uno, luego a dos y así sucesivamente. 
  • Silenciar la mente de excusas y escribirlas. Escribir nuestros pretextos y excusas para no hacer lo que tenemos que hacer, permite que el cerebro comprenda más fácilmente que son barreras. Con esta mínima comprensión es mucho más fácil dejar de procrastinar.
  • Ser conciso y no ambiguo. Al cerebro le gustan las cosas fáciles, claras y concretas. Por lo tanto, cuando inicies un hábito, procura hacerlo siempre a la misma hora y lugar. Si vas a empezar a leer, por ejemplo, procura hacerlo en el mismo espacio y momento todos los días.
  • Vincular un nuevo hábito a uno ya creado. Las agrupaciones de hábitos resultan más fáciles. Si ya tienes el hábito de sentarte a tomar té o café a la misma hora, podrías incluir el nuevo hábito de escribir en un diario. 
  • Identificarte y apropiarte del nuevo hábito. Es importante poder creer que lo vas a lograr y vivir de esa manera. Cuando no hay identificación, es muy difícil concretarlo.
  • Comprender que la motivación puede acabar. Aun cuando ya no sintamos deseos de continuar (lo que es normal), la disciplina, el compromiso y la convicción deben cobrar fuerzas. En estos momentos, conviene enfocarse en los beneficios del hábito y no tanto en la incomodidad que este produce.
  • Ponerte recompensas. Cada vez que vas llevando bien la consecución de tu hábito, podrías ponerte pequeños premios o bien incentivos semanales que te ilusionen para facilitar el cumplimiento.
  • Guarda paciencia hasta crear el hábito. Muchos expertos hablan de que un hábito se crea en aproximadamente 66 días. Es sustancial dar tiempo a que el cerebro automatice lo que se hace. Así mismo, es importante esperar los resultados o beneficios con paciencia, evitando caer en la necesidad de gratificación instantánea. 

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