Inteligencia emocional: aplícala a tu vida

Inteligencia emocional: aplícala a tu vida

La emoción es una reacción natural del ser humano ante estímulos externos. Las emociones básicas son: la alegría, el enojo, la tristeza y el miedo, de estas se derivan muchas más. 

Entendemos por Inteligencia Emocional como la capacidad para reconocer nuestras emociones y las de los demás, y a la vez gestionarlas para nuestro beneficio y el de nuestras relaciones interpersonales. 

La emoción es inevitable nuestra reacción es opcional.

Por ejemplo, si alguien te grita ofensivamente es inevitable sentir ira o dolor. Lo que si podrías evitar es la forma en que reaccionas. Tu reacción podría ser gritar de regreso o guardar silencio para luego hablar con la persona. La forma en que reaccionamos es donde entra en juego la inteligencia emocional para resolver la situación de la manera más acertada.

Las personas emocionalmente inteligentes cuentan con autoconocimiento, autoestima, automotivación, asertividad, pensamiento positivo, empatía, habilidades sociales entre otras aptitudes. Muchos estudios hablan de que nuestro éxito en la vida depende en un 80% de la Inteligencia Emocional y apenas un 20% en nuestro conocimiento. 

Algunas herramientas para aplicar la Inteligencia Emocional a tu vida son:

  • Reconoce siempre tus emociones dándoles un nombre: “siento incertidumbre”. 
  • Elige a cada momento tu estado emocional: ¿cómo deseo sentirme en este momento? 
  • Obsérvate, guarda un espacio/momento entre tu emoción y tu reacción. No reacciones de inmediato, respira para que la emoción poco a poco se neutralice.  
  • No guardes ni reprimas tus emociones ya que podrías enfermarte. Busca el momento adecuado y la forma más asertiva de expresarla y gestionarla.
  • Responsabilízate de tus propias emociones y sentimientos. No busques culpables de tu estado emocional. En lugar de decir “me heriste” podrías decir “esto me causó dolor”.
  • Reconoce las emociones de las demás personas. Trata de colocarte en el lugar de otros con respeto y empatía observando desde afuera ambas caras de la moneda.
  • No te definas como tus emociones, no somos nuestra emoción. En lugar de decir “soy amargado”, procura decir “siento amargura en este momento”.
  • Practica técnicas de liberación emocional como: escribir en un diario, llorar (si es necesario), compartir tus emociones con otros, arte terapia, ejercicios físicos…
  • Desarrolla prácticas diarias de bienestar emocional como: ejercicios de respiración, meditación, silencio e introspección. 
  • Limpia tu casa interior, libérate de deudas emocionales y conflictos no resueltos. Recurre a terapia profesional si lo necesitas. 

La educación emocional es un tema que nos compete a todos.

Requerimos mayor formación desde el hogar, centros educativos y mundo laboral para tener una sociedad más sana y emocionalmente consciente. La inteligencia emocional puede desarrollarse, practícala para convertirte en un sabio emocional. 

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