Multiplicación de los panes
Este testimonio: “Multiplicación de los panes” nace un día que fui a Pricesmart y entre varias cosas iba comprar unas bandejas pequeñas de poroplás. Cuando vine a mi casa me di cuenta que me había equivocado, que en lugar de las bandejas había comprado cajas de poroplas para empacar comida. Cuando me di cuenta pensé: “las regalaré a alguien que tenga un negocio delivery de comidas”.
La comunión de mi hijo.
En la comunión de mi hijo hicimos una pequeña celebración de 35 personas en nuestra casa. Encargué comida para 35 personas, almorzamos 38 personas (con el personal) y todavía cenamos la misma comida 12 personas más. Ese domingo que amanezco, me entero qué hay muchísima comida más y sentí el impulso del Espíritu Santo diciéndome: “tenés las cajas de comida que trajiste por “error”, comenzá a empacar comida para los necesitados”.
Así lo hicimos, se empacaron 40 platos de comida, de modo que entre la comunión y la comida empacada resultaron 90 platos. Aún no me explico cómo de 35 platos salieron 90. Generalmente siempre sobra un poco pero nunca mucho más del doble. Nuestra cocinera me comentó que en bautizos y comuniones de gente humilde a veces ocurre eso, Dios obra de esa forma.
Esta tarde salimos mi esposo, mis hijos y yo a los semáforos de Managua a repartir la comida. Vimos gente desesperada, con mucha hambre en su mayoría mujeres, adolescentes y tiernos. Había gente que no había almorzado. Mis hijos nunca habían visto esta realidad y le doy gracias a Dios que su providencia permitió que ellos vivieran esto para ser más conscientes.
Dios hoy quiso alimentar a sus hijos.
No tengo ningún mérito en esta historia. Aún no comprendo -como muchas veces- qué ocurrió. Dios hoy quiso alimentar a sus hijos. Somos sus manos, humildes instrumentos.