Rompiendo el hábito de pensar demasiado
La mayoría de las personas tienden a pensar mucho durante todo el día y parte de la noche analizando, juzgando, interpretando, concluyendo lo que ven, perciben o escuchan. Se dice que tenemos alrededor de 60,000 pensamientos por día, desafortunadamente la mayoría negativos. Existe una tendencia a quedarnos enganchados en un sólo pensamiento, ese que “rumiamos” y nos produce frustración, miedo u otras emociones que pueden enfermarnos.
Pensar no es malo. Lo perjudicial es la tendencia a pensar mucho y darle vueltas a las cosas negativamente hasta distorsionarlas. Un pensamiento o pequeña idea puede pasar a generar más y más preguntas, generando otros pensamientos negativos que se expanden, crecen y acaban por apoderarse de nuestra mente. Algo que era pequeño puede hacerse grande a causa de nuestra manera de pensar.
Los pensamientos provocan en nosotros una emoción y la emoción una acción – pienso-siento-actúo. Por tanto, es indispensable cultivar pensamientos positivos y sanos para que se concreticen en acciones positivas y eventualmente en hábitos positivos para nuestra vida.
¿Cómo dejar de pensar demasiado?
- Vivir en el presente con atención plena. Poné todos tus sentidos y pensamientos en aquello que estés haciendo en el momento presente y no en lo que pasó o pueda suceder.
- Respira profundamente -primer paso para la desconexión-. Al inhalar introduces ese aire que limpiará tú mente de ese pensamiento, y al exhalar imagina como los expulsas y dejas tú mente limpia.
- Buscá actividades que te distraigan y te hagan salir del círculo mental en que estás.
- No permitás que los pensamientos te dominen. Desidentifícate de tus pensamientos: “no soy mis pensamientos”. Convertíte en un observador externo de tus propios pensamientos y pregúntate: ¿realmente este pensamiento me está ayudando?
- Intenta hacer silencio o meditación. Busca un lugar silencioso, sentáte cómodamente con la espalda recta y las manos sobre las piernas. Con los ojos cerrados y de manera sutil y lenta contá mentalmente tus respiraciones o repetí suavemente una palabra que te ayude a centrarte, por ejemplo: “paz”. Podes hacerlo durante 10 o más minutos.
- Repetí afirmaciones que te ayuden a soltar el pensamiento que te causa molestia. Si por ejemplo te preocupa mucho tu salud, podrías afirmar: “soy bendecido con salud”. Sustituís la afirmación por el pensamiento de preocupación.
- Simplifícate. No siempre las causas de tus problemas son complicadas. A veces sólo estamos cansados o vulnerables. No sobre analices la situación que te ocasiona mucho pensamiento.
Recuerda:
Cuando estés en un nudo mental repetíte mentalmente “se va solucionar”. No malgastés energía pensando tanto. Hacé un repaso a todas estas alternativas aquí expuestas y practicá las que te vengan mejor.