Sabiduría para la vida
Usualmente el ser humano está habituado a decir deseo “tener éxito”, “ser un buen padre/madre”, “ser un excelente profesional”; sin embargo, rara vez decimos “deseo ser sabio” cuando es esta la virtud que abarca todas.
La sabiduría es la capacidad para discernir y distinguir entre lo que conviene y lo que no. Es la habilidad para resolver los asuntos de la vida y a la vez tener un conocimiento mucho más profundo y espiritual de todo cuanto acontece.
Vale la pena hacer una distinción entre sabiduría e inteligencia. Esta última está relacionada con la mente y el coeficiente intelectual, tiene que ver con la capacidad de razón, lógica y análisis para resolver algunos asuntos. En cambio, la sabiduría tiene que ver con las experiencias vividas y como estas se integran al ser en formar de aprendizajes. Una persona puede ser muy inteligente y tener muchos estudios, pero no necesariamente ser sabia.
Según la historia contemporánea
Algunos sabios filósofos han sido Aristóteles, Platón, Sócrates, Einstein. En el mundo espiritual el Rey Salomón, Jesucristo, Buda, Gandhi entre otros que han sido considerados maestros para las diferentes religiones.
Un sabio se identifica por ser una persona humilde, prudente y compasiva. Es un observador sin juicio. Vive con desapego y fluidez, abriéndose siempre a la oportunidad de poder aprender de todo y de todos. Transita por la vida con capacidad de asombro – así como la tienen los niños – considerando todo como un milagro. Su nivel de consciencia es muy grande y por tanto no vive en la dualidad, sino que más bien cree en la unidad. Su constante búsqueda está en la verdad, la belleza y la simplicidad de la vida.
La sabiduría, al ser una facultad y habilidad espiritual, puede adquirirse y desarrollarse. Vale aclarar que ya es algo innato en los seres humanos, pero debemos hacer crecer esa semilla.
Algunas formas de trabajar la sabiduría son:
- Pídela a la fuente de donde brota. Conecta más con Dios/tu poder superior.
- Reflexiona y aprende sobre las experiencias vividas. La sabiduría se desarrolla con el tiempo a raíz de lo que vivimos e integramos a nuestra vida, aunque no siempre tiene que ver con la edad. Puede haber un joven adulto más sabio que un anciano.
- Observa las experiencias ajenas y los acontecimientos del entorno. Reflexiona sobre lo que está ocurriendo a tu alrededor y qué significado tiene todo esto en tu vida.
- Realiza prácticas espirituales que te nutran. Podrías meditar, orar, hacer silencio, contemplar la naturaleza y/o leer textos que contengan sabiduría.
Recuerda:
Aspira a la sabiduría ya que esta gran virtud te ayudará a vivir con mayor libertad.
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