Ser libres y auténticos
Solo hay autenticidad cuando somos libres. En la medida que vamos dejando de ser niños vamos -consciente o inconscientemente – construyendo máscaras, barreras o mecanismos de defensas para escondernos, protegernos o para ser aceptados por los demás. Nos corresponde como adultos la tarea de desenredar y soltar todas esas capas para vivir en libertad y autenticidad.
¿Cómo podríamos ser libres y auténticos?
- Pregúntate frecuentemente: ¿Qué me aprisiona?, ¿de qué quiero liberarme?, ¿qué necesito sanar? Cargamos traumas y dolores del pasado que nos ocasionan miedos, complejos, preocupaciones, juicios, prejuicios…
- Cuestiónate como están tus pensamientos. Tu mente puede ser tu propia prisión. Cuando tenemos pensamientos autodestructivos e inútiles podemos reconocer que ellos son quienes restringen nuestra libertad.
- Reaprende y redúcate todo aquello que sientas que necesita un cambio. Nos mal educaron o domesticaron la mente con conceptos e ideas que muchas veces nos separan de los demás. Por ejemplo: juicio y rechazo por diferencias de clase social, religión, raza, cultura, preferencias sexuales…
- Supera los temas tabúes. Habla cuando necesites hablar sin rodeos. Los temas que callamos y sufrimos en silencio, generalmente tienen que ver con el dinero, abusos sexuales, infertilidad, depresión, trastornos mentales, suicidio, adopción de hijos, entre otros.
- Trasciende los estereotipos de la sociedad. Se no enseña que hay que ser delgado, que hay que vestirse de x forma, tener dinero, una gran casa, el último modelo de carro…Muchos sufren por no calzar en este molde.
- Supera el que dirán. Atrévete a hacer las cosas diferentes si así lo deseas, aunque vayas contra la corriente. Vive en tu propia agenda.
Otras maneras de serlo:
- Deja de sobreprotegerte y sobreproteger a los demás. Cada quien vive lo que necesita vivir para la evolución de su alma. Acepta y suelta el control.
- No te compares con nadie. Enfócate en lo que puedes lograr con todos los recursos que tienes como la salud, la creatividad, tus contactos, tu experiencia…
- Libérate de las culpas y remordimientos. Cuando sientes pena o sentido de culpa porque otro está mal no le ayudas en nada. Tu remordimiento tampoco soluciona lo ocurrido. Trasmuta esos sentimiento y toma acción haciendo algo que te haga sentir mejor.
- Reconoce con humildad tus áreas de mejora, lo que debes sanar, lo que está ahí haciendo bulto en tu vida. Son libres los que toman acciones conscientes sin caer en cualquier tipo de adicción para tapar su dolor.
- Date el permiso de soñar, de volar alto con lo que deseas y de compartir con otros tus propios sueños sin miedo. Lo que es tuyo nadie podrá quitártelo.