¿Cómo te comunicas con los demás?
Las relaciones se nutren a través de nuestra forma de comunicarnos con los demás. Cuando la comunicación es asertiva disminuyen los conflictos interpersonales.
La comunicación es un arte que va desde lo verbal hasta lo no verbal. De esta magia depende el éxito de nuestras relaciones. Debemos estar conscientes de que todo habla y comunica: nuestro tono de voz, palabras, gestos, mirada, uso de las manos, movimiento corporal, respiración y vocalización.
Algunos expertos han clasificado la comunicación en cuatro categorías:
- Comunicación agresiva. No se regulan las emociones y se comunica desde la frustración tendiendo a ofender, culpar, amenazar o avergonzar a los demás
- Comunicación pasiva. No se comunica lo que la persona piensa, siente o necesita por temor al conflicto o rechazo. La persona calla y guarda todo
- Comunicación pasiva-agresiva. Se comunica de forma pasiva con un sutil enojo manipulador. Se utiliza ocasionalmente el sarcasmo
- Comunicación asertiva y efectiva. Se comunica de forma empática y directa. El lenguaje corporal y tono de voz transmite seguridad, confianza y armonía
Es importante reflexionar que tipo de comunicación sostenemos con los demás.
Esto tiene que ver con el modelo de crianza que recibimos: ¿cómo era la comunicación en mi familia?, ¿cómo expresábamos lo que sentíamos?, ¿cómo solucionábamos las diferencias? Todo esto incide en la forma en que hoy nos relacionamos con los demás. Sin embargo, al tomar consciencia podemos hacer los ajustes necesarios para que nuestra manera de comunicarnos nos conduzca a relaciones más sanas y conscientes.
Cuando éramos niños quizás nos decían: “te vas a caer de allí” en lugar de decirnos: “bájate que estas en riesgo”. Son dos formas de expresar lo mismo pero la segunda se refiere a un lenguaje más positivo. Crecemos con esta forma de comunicarnos sin darnos cuenta que las palabras tienen poder y el cerebro escucha el mandato que le damos.
Otro aspecto que comúnmente viene del hogar es el lenguaje empático.
No es lo mismo decir: “eres un miedoso” a expresar: “entiendo que tienes miedo y es normal”. Algunos padres quizás no fueron conscientes de la forma en que les hablaban a sus hijos. Ahora nosotros como adultos tenemos la oportunidad de auto observarnos y utilizar un lenguaje empático y positivo.
Procura observar cómo te comunicas con los demás y como esto influye en tus relaciones. También podrías pedirles a personas de confianza que retroalimenten como ellos perciben que te comunicas. Siempre podemos mejorar nuestro estilo de comunicación y por consiguiente nuestras relaciones.